La cultura porteña hecha marketing
Sin haberse cumplido siquiera la mitad de la gestión del jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, queda claro que su política cultural apunta únicamente a las clases media y alta, mientras deja de lado a los sectores más desfavorecidos. En menos de dos años, el ex presidente de Boca Juniors ha dado la espalda a los reclamos de docentes de la educación pública, del Programa Cultural en Barrios, de la Asociación Argentina de Actores y dejado el timón de la cultura en manos del sector privado y el interés turístico.
De esta forma, las actividades afianzan la marca "Buenos Aires capital cultural" en función del marketing internacional y no de la promoción de la cultura. Abundan los ejemplos para ilustrar esa afirmación: La realización de festivales de caracter internacional, interés turístico y alto rédito económico como los de Cine, Teatro y Tango, la Noche de los Museos, la sanción de la Ley de Mecenazgo -un régimen de promoción cultural por parte del sector financiero-, la implementación del Bus turístico y el alto costo de las entradas de teatros oficiales, entre tantos otros puntos.
A pesar de que se aprueban partidas presupuestarias cada vez mayores, las críticas por su sub-ejecución se repiten cada año, sobre todo por la transferencia de fondos al sector privado y la precarización del sector público.
Ley de Mecenazgo
La cuestionada Ley de Mecenazgo, cuyo proyecto original fue del diputado Pro Diego Santilli, permite a los contribuyentes que se encuentren al día con sus obligaciones fiscales derivar a un proyecto cultural una parte proporcional del impuesto a los ingresos brutos, para destinarlo a financiar la investigación, la capacitación, la difusión, la creación y la producción de diferentes actividades del arte y de la cultura. La Ley había sido aprobada en 2006 y reglamentada en 2007, aunque recién entró en vigencia este año y todavía no cumplió con las expectativas.
El más ferviente opositor en la Legislatura porteña al momento de votar las leyes de Cultura fue sin duda el actor y ex legislador por el Movimiento Socialista de los Trabajadores, Héctor Bidonde, quien declaró que “el mecenazgo que votaron los bloques de Macri, Filmus, Telerman y el ARI es una doble trampa porque permite a los empresarios deducir impuestos y a la vez digitar la cultura”. Además, calificó a la ley como "peligrosa, porque plantea vender la cultura, vender lo que es la ciudad como una marca, plantearle a los organismos internacionales de crédito que sean los que apoyen la cultura y las PyMES culturales en la Ciudad de Buenos Aires".
Según el subsecretario de la Gestión Cultural de la Ciudad de Buenos Aires, Pablo Batalla, esta sanción "es la respuesta política a la crisis en el funcionamiento estatal y la falta de recursos del tercer sector cultural", y además, contra los pronósticos de los más escépticos, "favorece notablemente” al Teatro Independiente, “por ser la actividad más dinámica de la Ciudad”.
El argumento de Batalla no convence al director y docente teatral Diego Starosta, quien apunta que el financiamiento no es el punto estratégico a discutir. “Si sólo se hablara de financiamiento, entraríamos en un sistema que se valoriza por oferta y demanda en relación a la publicidad, promoción y espacios. Dentro del sistema tienen que existir otras opciones, y es el Estado quien debe generarlas”, afirma.
Por su parte, el sociólogo especialista en cultura e investigador del Instituto Gino Germani Marcelo Urresti, concuerda con Starosta y analiza el consumo cultural de la Ciudad: “La gente que consume teatro independiente es bastante cultivada, son lectores múltiples, escuchan música y suelen ser grandes consumidores de cine. Esto es producto de su familia, del sistema educativo y de ellos mismos. Sin embargo, cuando falla la familia o la educación, debe entrar el Estado para formar al público”.
“Se está domesticando el consumo cultural a través de la banda ancha, que permite bajar de internet productos en forma gratuita, en una especie de delivery cultural que hace que aumente el tiempo dedicado a la cultura, pero sin la necesidad de salir de casa. Esto pone al teatro en una situación complicada, independientemente de su naturaleza comercial, estatal o independiente”, agrega Urresti.
Programa Cultural en Barrios
La periodista Luciana Rabinovich describe a fondo la situación de este programa en la edición de octubre de este año de Le Monde Diplomatique «Edición cono sur».
"El programa es 100% transformador, genera pensamiento crítico, conexión con el otro, es un despertar de vocaciones", afirma Silvia Maddonni, en su Informe de Gestión como coordinadora general del PCB entre 2000 y 2006, sin duda los años en los que hubo mayor auge de convocatoria desde su nacimiento, en 1984.
El actual coordinador general del Programa, Guillermo González Heredia, despeja todas las dudas acerca de la idea de la actual gestión acerca de la cultura: "A través de la promoción cultural tratamos de detectar jóvenes promesas; por ejemplo, chicos de 17 años que ingresan al centro a hacer actuación. Nuestro objetivo es que ese chico termine formando parte del staff de una obra de teatro de la calle Corrientes. Así se vincula la cultura con el turismo, según una instrucción del ministro de Cultura y Turismo, Hernán Lombardi; porque a Buenos Aires se la vende en el exterior, entre otras cosas, como una ciudad cultural. Nosotros tenemos que ayudar a ese chico que tiene mucho talento para que forme parte de la oferta cultural... que haya cada vez más salas en Buenos Aires. Entonces, a partir de esa instrucción de comunión de cultura y turismo, nosotros desde el PCB lo que hacemos es contener y promocionar".
Por último, una yapa del jefe de Gobierno:
This entry was posted on domingo, octubre 25, 2009
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