Ya llega marzo, señora. Y qué rápido pasa febrero. Como siempre, las conversaciones de ascensor giran alrededor del clima y del tiempo que corre; nada que crispe ánimos: no es agradable discutir en una caja de rejas. 

La inundación es uno de los temas que se sumaron esta semana y el artículo “la" cobra fuerza al estar en la gran ciudad. Pero -a pesar de ser parte de la temática climática- esta inundación puede sacar chispas, literalmente, con solo tener en cuenta algunos de sus factores.

La ciudad Autónoma de Buenos Aires reúne –aparte de una fuerte actividad artística y académica- a las grandes empresas del país y un potente movimiento comercial. Se calcula que la población de la Capital Federal supera los 3 millones de habitantes, sin tener en cuenta el alto flujo de personas que migran a diario desde el conurbano bonaerense.

Debajo de lo que se ve

La desesperación y la resignación de muchos habitantes perjudicados por las tormentas de los últimos días se reflejaron en las pantallas televisivas que, mientras la gente cruzaba en un gomón la Avenida Santa Fe y otros caminaban siguiendo una soga, removían el archivo mostrando que el jefe de Gobierno porteño, Mauricio Macri, ya lo había advertido, en contraste con una promesa alentadora: para el 2011 la finalización de la construcción de dos nuevos canales para la cuenca del arroyo Maldonado sería la solución.

Debajo de la Avenida Juan B. Justo, el arroyo Maldonado circula sudoeste-noreste y está canalizado hasta desembocar en el Río de la Plata frente al Aeroparque. Atraviesa los barrios de Caballito, Velez Sarsfield, Floresta, Villa Santa Rita, Villa Mitre, Palermo, Versalles, Liniers y Villa Crespo.

En algunas zonas con más frecuencia, y en otras con menos, el Maldonado se desborda con fuertes lluvias desde hace décadas.

A la espera de la finalización de la obra que comprende -entre otras especificidades- dos canales de casi siete metros de diámetro, los residuos son un elemento clave que aporta a la inundación de la ciudad.


El mismo viernes 19 de febrero, venció el contrato de recolección de residuos de la ciudad. En ese momento, el ministro de Ambiente y Espacio Público, Diego Santilli, lo extendió por 90 días más para llamar a licitación. La basura y los residuos que nadaban por la ciudad fueron uno de los factores que dificultaron la circulación del agua y provocaron la inundación de muchas calles porteñas.

La basura producida en la ciudad de Buenos Aires siempre ha traído inconvenientes. Según la organización Basura Cero se calcula que cada día salen de este distrito 5.000 toneladas de basura a los rellenos del conurbano bonaerense y, así, se convierten en fuente de contaminación. Como explica esta organización, la ley 1.854 establece la obligación de reducir, para este año, en un 30% la basura que se envía a los rellenos sanitarios.

En septiembre de 2008, el Ejecutivo porteño envió a la Legislatura un proyecto de ley con el objetivo de dar una prórroga de diez años al sistema de enterramiento de residuos. La propuesta fracasó debido a que, entre otras cuestiones, proponía el pago por tonelada y este tipo de facturación no fomenta la reducción de residuos, tal como lo exige la ley en cuestión.
Actualmente, la ciudad está dividida en seis zonas para la recolección, cinco de ellas en manos de privados: la empresa Cliba conserva gran parte de su actual concesión, también lo hacen el consorcio Ecohábitat y EMEPA, Impla, AESA y Fomento de Construcciones, Transportes Olivos y Ashira.

La historia de las cosas
 Sin prórroga, corre el mes de febrero un tanto complicado para, en este caso, muchos porteños que fueron afectados por la inundación y para centenares de habitantes del conurbano víctimas de la contaminación a raíz de los residuos. A modo de espera y de concientización, el documental The Story of Stuff desenmascara un mundo cargado de publicidad y marketing orientado al consumismo. La estadounidense Annie Leonar es la creadora de un video que circula por Internet y que intenta mostrar las consecuencias del sistema de producción y consumo en el que vivimos. Fue presentado en septiembre del año pasado por la Alianza Global por Alternativas a la Incineración.