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Cristina Fernández por Clarín

Este trabajo refleja un análisis de contenido en forma cualitativa y cuantitativa de 41 ediciones de Clarín, publicadas los lunes, miércoles y viernes entre el 12 de abril y el 16 de julio de 2010.

Podés bajarlo, modificarlo y compartirlo, sólo te pedimos que hagas mención del trabajo original.

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Baja de la edad de imputabilidad

El asesinato de un hombre ante su hijo de 11 años desató una nueva oleada de histeria antijuvenil, con fuerte manipulación política y mediática. Su presunto autor tiene sólo 15 años. Autoridades provinciales intentaron secuestrar a su primo, de 14, para recluirlo en un instituto, y la Policía amenazó a la abuela de ambos. La ley penal juvenil contiene las garantías de defensa en juicio cuya inexistencia permite estas arbitrariedades.

La murga uruguaya La Mojigata dedicó un couplet al debate.


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El bosque tallado

Donde la naturaleza y el hombre se unen para recrear. En la década de 1970 hubo un incendio forestal en parte de la comarca de El Bolsón, provincia de Rio Negro, camino al refugio del cerro Piltriquitrón; años más tarde, un grupo de artesanos se reunieron para aportar sus conocimientos e inventiva a los árboles quemados y, de esa manera, se creó El Bosque Tallado que hoy alberga a 40 esculturas.

Fuerzas contrapuestas, de Hugo Florentino

El primer encuentro fue convocado en noviembre de 1998 y de allí nacieron las primeras 13 esculturas que fueron dando forma a los senderos del terreno donde conviven la naturaleza y las manos de artistas dedicados a la madera. El lugar, además de estar sumergido en un bosque de lengas, ofrece una particular vista orientada hacia El Bolsón y algo diferente para los visitantes del cerro.

El grito de la tierra, de Hugo Florentino
A 1.400 metros sobre el nivel del mar, sumamente cuidados y señalizados, los senderos permiten deleitar a cada paso nuevas obras con sus significados y origen. Se pueden encontrar desde árboles tallados con la figura de animales del lugar, como es “El Jabalí” de Carlos Fernández, oriundo de El Bolsón, o “Puma Indio” que representa a una figura de la fauna, de Eduardo Iuso de Epuyén, Chubut, hasta obras más abstractas como “Escaleras para llegar al cielo” de Miguel Angel Velit, de Perú, o “Yo me quedo aquí”, que es un tótem realizado por José Gonzalez Gracia, de Bariloche, o bien, también están “Los protectores del bosque”, una obra muy original que le da al lugar cierta mística ,realizada por Rodolfo Soria, de Santiago del Estero.

Desde la plataforma del cerro al Bosque Tallado hay de 20 a 30 minutos a pie, se recomienda llevar algún tipo de protección solar y agua durante el verano. Es un buen paseo para realizarlo en familia o como descanso de los montañistas.
Los artistas que participan de la gran obra llevan consigo un boceto previo y su propia valija de herramientas para trabajar cómodamente en el bosque. Hasta el momento hubo cuatro encuentros, por eso las esculturas tiene diferentes fechas: el primero en 1998, el segundo en el año 1999, el tercero en el 2003 y el último fue en el 2007.
Señor Lengol, de Eduardo Iuso
Actualmente, el lugar es considerado Patrimonio Natural y Cultural de El Bolsón. La iniciativa logró reunir artesanos de distintas partes de Argentina pero también de los países vecinos de Perú y Colombia.

Pueden participar todos los artistas que se dediquen a la madera y quieran formar parte de alguno de los encuentros que hacen del Bosque Tallado un lugar cargado de magia. Para más información: www.elbosquetallado.com

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Rincones de Salta y Jujuy

Cómo olvidarte Cerrillos si por tu culpa tengo mujer.  Al ritmo de una zamba, el tema de Marcos Tames describe los carnavales salteños, pegados a la ciudad capital de La Linda. Cada chacarera, cada carnavalito, cada sonido de viento y percusión convergen en un paisaje donde se mezclan los colores –en su mayoría  bien representativos de la Pachamama, Madre tierra- con aromas típicos del lugar: el cóctel perfecto para alimentar un alma viajera.



La noche de Salta delata una fuerte identidad cultural a través de la música y las danzas típicas. La calle Balcarce, altanera pero simple, reúne aromas al compás de las guitarras, bombos y quenas. Los sonidos cambian a cada paso, a cada peña.  Más alejado, yendo por Caseros, la Casona del Molino complementa una buena parrillada con una guitarreada en la mesa. Cada rincón un color, cada color una canción.

Puesto camino a Cachi
Y sobre la calle Buenos Aires la oferta de excursiones delata la belleza paisajística para los turistas. Es que Cachi, a 158 kilómetros de Salta –por la ruta 40-, conserva un fuerte estilo colonial, las calles angostas, la música en la plaza, la feria de artesanías y las comidas típicas. Al pueblo -enclavado en los Valles Calchaquíes y cerca del imponente Nevado de Cachi de más de 6 mil metros de altura- se llega atravesando un camino que incluye el Parque Nacional los Cardones, una postal perfecta para deleitarse con la historia y el paisaje que brinda su vegetación.

¡Salud, Cafayate! Los lugareños brindan a su salud en cada trago, motivos parecen sobrar cuando la copa contrasta con el paisaje de esa ciudad. El viaje hasta allí es un recorrido por las formaciones rocosas más asombrosas: la Garganta del diablo, el Anfiteatro, los Castillos, el Titanic, el sapo, el perfil del indio, empapados de historias, relatos y costumbres del lugar.

Bingo familiar en Purmamarca
Siguiendo para el norte, Entre amigos. Así se siente una peña en Purmamarca. Reúne cantantes, amigos de viaje, y entre una chacarera y una zamba, una zambullida por la historia del lugar luego de un festival de coplas. Qué festival, austero, acabado, el aire se embriaga en un club de Purmamarca:  todos en ronda al ritmo de cada copla, de cada vaso tambaleante. Salpicados de talco, de harina, ansiando el carnaval.

Qué esperar de Salinas Grandes, un manojo de pureza que encandila los ojos de cualquier persona. A 190 kilómetros de San Salvador de Jujuy y a 126 de Purmamarca, miles de hectáreas forman un horizonte blanco que comienza a vislumbrarse pasando el Paso de Jama.
Esta excursión, aclamada por su paisaje, por su inmensidad y por la posibilidad de realizar fotos originales jugando con el blanco, esconde detrás el laborioso proceso de la sal y la exposición que sufren las personas que allí trabajan. Como una hoja en blanco, permite una zambullida a la sensación de la nada misma.

"Me gusta Jujuy mi Jujuy por las noches con la luna alumbrando el camino, y pedirle a un amigo que venga a cantar una serenata conmigo"


La letra de la zamba de Castillo, Yunes y Yacopetti anuncia la seducción de Jujuy. Y es en Tilcara donde se juntan los colores del paisaje, la música, el enero tilcareño, la peña de noche, la caminata de día. El Pucará, la Garganta del Diablo, la peña del Engrupo – de don Faustino- y la de Carlitos.

La Garganta del diablo promete una caminata sencilla; sin embargo, el sol de la tarde tilcareña sumado a cuatro kilómetros cuesta arriba, agota; al mismo tiempo que el paisaje da un aliento a los caminantes para reconfortarlos con una cascada rodeada de precipicios y piedras de distintos colores.
Pucará de Tilcara
El Pucará de Tilcara –hacia el otro lado de la Garganta y a unos pocos minutos de la ciudad- fue parcialmente reconstruido por la Universidad de Buenos Aires, de la mano de Juan Bautista Ambrosetti. Se trata de una fortaleza –según su significado en quechua- ubicada en la Quebrada de Humahuaca. Allí se han descubierto indicios de poblaciones que datan del año 10.000 A.C. Pero, según explican en el recorrido, la ocupación masiva de los pucará corresponde al periodo que abarca entre 1000 y 1480 D.C. hasta la ocupación hispánica. Los lugareños respetan a este espacio en el marco de la memoria por sus pueblos originarios.

Humahuaca
Siguiendo camino hacia el norte, en Humahuaca, lugar de la famosa vaca de María Elena Walsh -la vaca estudiosa- descansan un sinfín de artesanías, música autóctona, el monumento a los héroes de la Independencia y, de fondo, la Quebrada de Humahuaca que, desde el año 2003, es considerada Patrimonio Mundial de la Humanidad por la Organización de las Naciones Unidas.



Cierren la puerta, échenle llave, que de la peña nadie se va(...) Al ritmo de la quena y el siku, las noches en el norte desparraman una energía particular: entre tamales, empanadas y un buen vino, el carnavalito es el broche de oro del recorrido.



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Girondo + Chagall

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(De “Espantapájaros)

No sé, me importa un pito que las mujeres tengan los senos como magnolias o como pasas de higo; un cutis de durazno o de papel de lija. Le doy una importancia igual a cero, al hecho de que amanezcan con un aliento afrodisíaco o con un aliento insecticida. Soy perfectamente capaz de soportarles una nariz que sacaría el primer
premio en una exposición de zanahorias; ¡pero eso sí! —y en esto soy irreductible— no les perdono, bajo ningún pretexto, que no sepan volar. Si no saben volar ¡pierden el tiempo las que pretendan seducirme!

Ésta fue —y no otra— la razón de que me enamorase, tan locamente, de María Luisa.

¿Qué me importaban sus labios por entregas y sus encelos sulfurosos? ¿Qué me importaban sus extremidades de palmípedo y sus miradas de pronóstico reservado? ¡María Luisa era una verdadera pluma!

Desde el amanecer volaba del dormitorio a la cocina, volaba del comedor a la despensa. Volando me preparaba el baño, la camisa. Volando realizaba sus compras, sus quehaceres.

¡Con qué impaciencia yo esperaba que volviese, volando, de algún paseo por los alrededores! Allí lejos, perdido entre las nubes, un puntito rosado. “¡María Luisa! ¡María Luisa!”... y a los pocos segundos, ya me abrazaba con sus piernas de pluma, para llevarme, volando, a cualquier parte.

Durante kilómetros de silencio planeábamos una caricia que nos aproximaba al paraíso; durante horas enteras nos anidábamos en una nube, como dos ángeles, y de repente, en tirabuzón, en hoja muerta, el aterrizaje forzoso de un espasmo. 

¡Qué delicia la de tener una mujer tan ligera..., aunque nos haga ver, de vez en cuando, las estrellas! ¡Qué voluptuosidad la de pasarse los días entre las nubes la de pasarse las noches de un solo vuelo!

Después de conocer una mujer etérea, ¿puede brindarnos alguna clase de atractivos una mujer terrestre? ¿Verdad que no hay una diferencia sustancial entre vivir con una vaca o con una mujer que tenga las nalgas a setenta y ocho centímetros del suelo?

Yo, por lo menos, soy incapaz de comprender la seducción de una mujer pedestre, y por más empeño que ponga en concebirlo, no me es posible ni tan siquiera imaginar que pueda hacerse el amor más que volando.

Oliverio Girondo
Ilustración: "Por encima de la Ciudad", de Marc Chagall

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¿Hacia dónde vamos?

“Hoy, para entender hacia dónde vamos, no hace falta fijarse en la política, sino en el arte. Siempre ha sido el arte el que, con gran anticipación y claridad, ha indicado qué rumbo estaba tomando el mundo y las grandes transformaciones que se preparaban. Es más útil entrar a un museo que hablar con cien políticos profesionales. Hoy en día, como el arte nos revela, la historia se está posmodernizando. Si le aplicáramos a ella las categorías interpretativas que hemos elaborado para el arte, quizá lograríamos desentrañarla mejor y tendríamos instrumentos de análisis menos obsoletos que los que, generalmente, nos empeñamos en utilizar. Caídas las grandes ideologías unificadoras y, a su manera, totalitarias, y en crisis todos los sistemas de valores y de referencia apropiados para aplicar universalmente, nos queda, en efecto, la diversidad, la convivencia de opuestos, la contigüidad de lo incompatible. Puede derivarse de todo ello una conflictividad abierta y sanguinaria, arcaica, el enfrentamiento difuso, el renacimiento de los localismos y de los más feroces tribalismos, pero también podría surgir un lento aprendizaje de la aceptación de lo distinto a uno mismo, de la renuncia a un centro, a una representación única. Como el arte posmoderno nos enseña, quizá podríamos darnos cuenta de que hay espacio para todos y que nadie tiene más derecho de ciudadanía que los demás.”

Ryszard Kapuscinski
en Los cínicos no sirven para este oficio


Las ilustraciones son Desocupados y Manifestación, de Antonio Berni.

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La cocina de la guerra en Medio Oriente

"Cualquier estratega militar que planee una guerra sin medios de comunicación, sin propaganda como parte principal de su agenda, es un mal militar", afirma el productor ejecutivo de la cadena de noticias árabe Al Jazeera, Samir Khader, en el documental Sala de control, que deja en evidencia que la propaganda, la desinformación y la guerra psicológica son los principales pilares sobre los cuales se construyen los manuales de guerra estadounidenses.

La historia no es nueva. Cuenta la leyenda que, a finales del siglo XIX, el gran patrón de la prensa estadounidense, William Randolph Hearst -inmortalizado por Orson Welles en El ciudadano Kane-, había enviado un corresponsal a La Habana a cubrir la inminente guerra en Cuba. Sin embargo, el periodista encontró un ambiente calmo y decidió comunicarle a Hearst que regresaría a Estados Unidos, pero el jefe respondió: "Quédese. Mándeme ilustraciones y textos, que yo le mando la guerra". Días después estalló el acorazado Maine en La Habana, y Estados Unidos declaró la guerra a España.

Un siglo más tarde, el especialista en geopolítica y director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, explicó cómo se manipula la información durante la guerra: "A los gobiernos no les importa ya que los especialistas acudan después del conflicto a contar lo que en realidad aconteció. Les interesa preservar que, en el momento en que se desarrolla el conflicto, haya una sagrada unidad de criterios".

En ese sentido, el documental distribuido en 2004 por la estadounidense Magnolia Pictures deja en evidencia que la existencia de la cadena qatarí de noticias Al Jazeera atenta contra la estrategia de demonización del adversario llevada a cabo por los medios occidentales. En el filme, el por entonces oficial de prensa del Comando Central estadounidense, Josh Rushing, justifica la invasión -"Odio la guerra, pero no estamos preparados para vivir en un mundo sin guerras"- y las operaciones de prensa, por ser una cuestión de marketing: "Al Jazeera se favorece al tomar parte por el nacionalismo árabe, porque es su público. Lo mismo hace Fox con el patriotismo estadounidense. Son su público demográfico y les muestran lo que quieren ver"

Luego de su testimonio, en desobediencia a las órdenes del Pentágono, debió abandonar el Cuerpo de Marina. Hoy, Rushing es parte del equipo que trabaja para el canal de cable en inglés que transmite la señal árabe.





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