"Cualquier estratega militar que planee una guerra sin medios de comunicación, sin propaganda como parte principal de su agenda, es un mal militar", afirma el productor ejecutivo de la cadena de noticias árabe Al Jazeera, Samir Khader, en el documental Sala de control, que deja en evidencia que la propaganda, la desinformación y la guerra psicológica son los principales pilares sobre los cuales se construyen los manuales de guerra estadounidenses.

La historia no es nueva. Cuenta la leyenda que, a finales del siglo XIX, el gran patrón de la prensa estadounidense, William Randolph Hearst -inmortalizado por Orson Welles en El ciudadano Kane-, había enviado un corresponsal a La Habana a cubrir la inminente guerra en Cuba. Sin embargo, el periodista encontró un ambiente calmo y decidió comunicarle a Hearst que regresaría a Estados Unidos, pero el jefe respondió: "Quédese. Mándeme ilustraciones y textos, que yo le mando la guerra". Días después estalló el acorazado Maine en La Habana, y Estados Unidos declaró la guerra a España.

Un siglo más tarde, el especialista en geopolítica y director de Le Monde Diplomatique, Ignacio Ramonet, explicó cómo se manipula la información durante la guerra: "A los gobiernos no les importa ya que los especialistas acudan después del conflicto a contar lo que en realidad aconteció. Les interesa preservar que, en el momento en que se desarrolla el conflicto, haya una sagrada unidad de criterios".

En ese sentido, el documental distribuido en 2004 por la estadounidense Magnolia Pictures deja en evidencia que la existencia de la cadena qatarí de noticias Al Jazeera atenta contra la estrategia de demonización del adversario llevada a cabo por los medios occidentales. En el filme, el por entonces oficial de prensa del Comando Central estadounidense, Josh Rushing, justifica la invasión -"Odio la guerra, pero no estamos preparados para vivir en un mundo sin guerras"- y las operaciones de prensa, por ser una cuestión de marketing: "Al Jazeera se favorece al tomar parte por el nacionalismo árabe, porque es su público. Lo mismo hace Fox con el patriotismo estadounidense. Son su público demográfico y les muestran lo que quieren ver"

Luego de su testimonio, en desobediencia a las órdenes del Pentágono, debió abandonar el Cuerpo de Marina. Hoy, Rushing es parte del equipo que trabaja para el canal de cable en inglés que transmite la señal árabe.





A seis años de su estreno y a pesar del cambio de la partida de George W. Bush, el documental no pierde vigencia. El escritor Eduardo Galeano se preguntaba meses antes de la asunción de Barack Obama si éste continuaría creyendo que su país ha sido elegido para salvar el mundo e insistiendo con “la mesiánica misión de mando”. Recientemente, el autor de Las venas abiertas de América latina aseguró que las acciones del nuevo Presidente durante el año al frente de la Casa Blanca habían despejado sus dudas: En febrero solicitó la ampliación del presupuesto para operaciones en Medio Oriente a 160 mil millones de dólares y el envío de 30 mil soldados adicionales a Afganistán. 

Los hechos contradicen la retórica del demócrata que se había pronunciado en contra de la guerra en Irak.